Continúa entrenando mientras viajas

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45 días antes del maratón de Chicago teníamos programado un viaje de dos semanas de vacaciones. Si bien es cierto que llevo muchos meses entrenando, me faltaban los fondos más largos: tenía que acumular aún muchos kilómetros para saber que mi rodilla estaba lista para enfrentar los 42kms y 195mts que tenía por delante.

No sería una situación sencilla porque había mucho que preparar para poder entrenar lo más “en forma” posible. Empiezo a escribir este post a los 10 días de viaje, y no he dejado de entrenar, así que decidí compartir contigo aquellas cosas que he hecho para mantenerme entrenando, por si a ti también te sirve, porque a veces pareciera que cuando estamos entrenando para un objetivo concreto, nos “esclavizamos” y el resto de actividades dejan de existir, pero en realidad son bastante compatibles si nos organizamos bien.

Bueno, pues te cuento lo que he hecho en estos días de vacaciones largas para seguir entrenando:

1.       Ajustar el plan.

Lo primero que hice fue hablar con mi coach, para que estuviera al tanto y pudiésemos hacer los ajustes necesarios en el plan de entrenamiento, porque no tendría sesiones de fuerza en el gimnasio, entonces implementaríamos sesiones de ejercicios funcionales, y mucho kilometraje.

 

2.       Lleva ropa adecuada y suficiente para entrenar

En la zona a donde viajas ¿hace frío? ¿hace calor? Es importante que conozcas el clima de la zona donde entrenarás para que puedas llevarte la ropa adecuada. Si viajas a zona calurosa es mucho más sencillo porque lo único que necesitas son camisetas ligeras y shorts, pero si viajas a zona de frío, necesitarás leggins largos, sudaderas o camisetas térmicas, dependiendo qué tanto frío haga. Este aspecto es importante porque te ocupará más o menos espacio en la maleta, que, sumado a la ropa de uso diario, puede resultar en un volumen significativo de equipaje que llevar.

Considera también el número de días que viajarás, porque generalmente la ropa con la que entrenamos no es reutilizable: ¡con tanto sudor queda con un olor que no invita a ponérsela de nuevo! Yo generalmente reutilizo los shorts o leggins dos ocasiones, pero los tops y las camisetas son muy difíciles de reutilizar, así que generalmente viajo con más tops y camisetas que shorts. En este viaje, tuve la ventaja de que tendría lavadora a la mano y pude lavar toda la ropa de entrenamiento al menos una vez, por lo  que no tuve que viajar con tantas camisetas. Lo que si me falló fue que me faltaron más sudaderas/chaquetas ligeras porque por las mañanas hacía fresco y solo traje una que use todo el tiempo, tanto para entrenar como para el uso diario, eso estuvo fatal porque los últimos días mi sudadera estaba “imponible” literal.

Maleta con todo lo necesario para entrenar

 

El almacenamiento de la ropa de entrenamiento también es interesante. Yo cuelgo la ropa con la que entrené mientras me baño para que se seque un poco y no guardarla toda mojada y huela aun peor.  Además, la guardo en una bolsa de plástico para que el resto de mi ropa limpia en la maleta no sufra las consecuencias y se contagie de “olor a entrenamiento”. Pero si te quedas varios días en el mismo sitio, seguramente puedes dejar la ropa extendida para que se seque en su totalidad.

 

3.       Lleva los accesorios necesarios.

Con accesorios me refiero a reloj, cargador del reloj, banda de frecuencia cardiaca, muñequera para el sudor, visera, cinturón de hidratación (con las respectivas garrafas), cangurera, lentes de sol, audífonos, música, geles y barras energéticas, proteína, electrolitos, bloqueador solar, calcetines y tenis.

Barras, electrolitos, reloj… y olvidé el cinturón de hidratación!

Ya sé que parece una locura, pero en realidad se trata de seguir manteniendo los entrenamientos de calidad, y lo más parecidos a tus entrenamientos “normales” así que considera un espacio en la maleta adicional para todo esto, porque invertir parte de tu presupuesto de viaje en comparar estas cosas que ya tienes en casa, no tiene mucho sentido, por eso yo preferí llevar todo. Como me tocaban dos fondos largos durante el viaje, tuve que llevar muchos geles, gomitas y barras energéticas, porque además estoy “ensayando” la estrategia que seguiré para el consumo de geles, entonces traje al menos 6 geles para cada fondo.

 

¿Sabes qué me paso? ¡Olvidé el cinturón de hidratación! Las garrafitas si las traje, pero el cinturón no, entonces tuve que improvisar y puse una de las garrafitas en la bolsa lateral de mi short y la otra la sujeté con la cangurera (que también tiene espacio para sujetar los geles), pero se cae mucho entonces tuve que estarla ajustando todo el tiempo, lo cual fue muy incómodo. También aprendí que fue insuficiente la hidratación y tuve que pararme en dos ocasiones a comprar agua en “chiringuitos” de la zona porque hacía mucho calor y me faltaba hidratación. Traer los geles y las barras energéticas me ayudó a no tener que preocuparme por encontrar algún sitio de deportes para comprar estas cosas, y disfruté el paseo turístico más relajada, sin el estrés de “tener que” comprar algo que me hacía falta.

 

4.       Organiza tu agenda

Esta ha sido la parte más importante para mi porque, como decía Bel en el post de “Cómo se organiza una mamá deportista” es un Tetris/Rompecabezas poder ajustar los tiempos para todo.

Yo compartí con mis amigos del viaje que estoy entrenando, entonces, me levanto antes que todos para salir a entrenar, y los alcanzo en el desayuno para no perderme demasiado la convivencia y el viaje. Sin embargo, hay días en los que no puedes ir a entrenar temprano porque hay un tren que tomar, o hay que salir a carretera, entonces, ese día toca entrenar por la tarde. En lo que Luis y mis amigos se van a tomar una cerveza, yo aprovecho para salir a entrenar y acordamos vernos para la cena.

Los días de fondos largos, madrugué aún más, y me perdí el desayuno con ellos, pero me esperaron para el resto de actividades. 

Planea los días que te vendrá mejor hacer los fondos o descansar. Por ejemplo, días de mucho movimiento o mucho traslado, son los días que descanso, aun cuando en el plan no “toque”, y luego el día de descanso marcado en calendario, recupero lo que no hice antes. 

Encuentra el tiempo para estirar.

Es importante también que programes el tiempo que necesitas para hacer tus ejercicios funcionales en sustitución de los ejercicios de fuerza, y que no olvides que necesitas estirar tanto o más que en días de entrenamiento normal, porque puede ser que como yo, pases mucho tiempo sentado o mucho tiempo caminando conociendo las diferentes ciudades, y el cuerpo termina bastante más traqueteado de lo normal, entonces el estiramiento adquiere mayor relevancia para el bienestar general del cuerpo y no solo post-entrenamiento. Una buena opción es estirar al terminar de entrenar, y también estirar durante los tiempos “muertos” de traslado (aquí una serie de estiramientos sencillos que puedes hacer mientras esperas en el tren, o en el aeropuerto)  y por la noche volver a estirar un poco.

  

Desayuno: tostas de jamón serrano y tortilla de patata

5.       Cuida tu alimentación.

Mi perspectiva es que los entrenamientos son un ensayo de la carrera, entonces desayuno lo que voy a desayunar el día de la carrera (mi desayuno es esta avena que puedes preparar fácilmente) me hidrato con lo que voy a hidratarme el día de la carrera. Me llevo los geles que voy a consumir el día de la carrera, porque si hay algún ajuste qué hacer, puedo hacerlo durante los fondos, e ir con un plan lo más similar a lo que voy a vivir el día de la carrera.

Cuidar lo que como, al menos el día previo al fondo largo, es clave. Estando en otra ciudad/país es normal que los platillos sean distintos a los que estás acostumbrado, entonces puedes tener el estómago más propenso a que algo te caiga mal. El día previo al fondo como lo más sencillo posible: pollo a la plancha, arroz, pasta sin salsas cremosas. Y también me hidrato mucho, aunque no haga demasiado calor, para asegurar que no tengo que parar al baño de imprevisto.

 

6.       No te expongas y lleva guardada la dirección de tu hotel.

Estás en una ciudad nueva, que no conoces, no sabes a ciencia cierta qué zonas son inseguras/seguras. Puedes preguntar en el hotel por dónde te recomiendan correr. Casi en todas partes hay algún parque al que puedas ir a correr. Y si decides correr en carretera, elige de preferencia carreteras secundarias y con poco tráfico para que no te expongas innecesariamente. Llévate el celular por si necesitas llamar o si necesitas usar google maps para saber cómo volver al hotel. Anota la dirección del hotel y tenla a la mano por si necesitas preguntar cómo regresar. Lleva también algo de dinero para que puedas comprar agua, pasar al baño, o cualquier emergencia.

 

7.       Escucha tu cuerpo

Al estar de viaje, puede ser que realices más actividades de las que haces en un día de rutina normal, y tu cuerpo puede estar más cansado. Es normal. Escúchalo y actúa con sensatez. Uno de los días, como parte de las visitas turísticas, subimos en Utrech una torre que tenía 465 escalones y obviamente, también los tuvimos que bajar. Al día siguiente mis rodillas estaban tan adoloridas que no pude levantarme a entrenar. Si yo corría ese día, las rodillas me pasarían más factura el día después que si las dejaba descasar y no entrenaba ese día. Entonces no entrené, fui prudente y apapaché a mis rodillas. Al día siguiente, estaba como nueva y pude correr perfecto. Tú conoces tu cuerpo. Sabes con qué malestares puedes lidiar y con cuáles no. Escucha a tu cuerpo, y no le exijas mas de lo que puede dar mientras estas vacacionando. Es mejor tener piernas suficientes para hacer los fondos importantes y seguir “turisteando” que terminar tan adolorido que no puedas disfrutar ni una caminata turística.

Si sabes que tienes lesiones o que hay ciertos dolores que te aquejan, no está demás llevarte los remedios paliativos que te funcionan: pomadas, ungüentos, rodilleras, tobilleras, vendas, medicamentos y todo lo que te pueda ayudar a no caer en días con dolor. Hay que prevenir y cuidar el cuerpo porque le estaremos exigiendo hacer turismo además de entrenar.

 

8.       Disfruta el paisaje.

Siempre que viajo llevo tenis porque correr en las ciudades donde turisteo es una manera diferente de conocerlas, sobre todo porque generalmente salgo a correr temprano, y la ciudad va despertando. Siempre tomo el mapa de la ciudad antes de salir y ubico la zona hacia la que quiero correr: hacia los molinos de viento en Brujas, hacia el Voldenpark en Amsterdam, hacia la playa en Mojacar. Y si bien es cierto que traigo un entreno marcado respecto a ritmos o zonas, aprovecho para disfrutar el paisaje y llenarme los ojos de vistas maravillosas que hacen que el entrenamiento sea único e irrepetible. Siempre hago tiempo para poder tomar una foto del entorno que me ayuda a recordar la sensación de correr en ese sitio. Cuando estoy en casa y veo las fotos de los sitios por los que corrí durante el viaje, vuelvo a sonreír por la hermosa sensación que quedó guardada en mi corazón. Es una gozada poder correr en diferentes lugares del mundo. Y no importa que no esté en entrenamiento “formal” para algún evento. Siempre que viajo, corro.

Canales de Amsterdam

Con estas sencillas recomendaciones yo logré mantenerme entrenando durante mis dos semanas de viaje, y terminar los fondos que tenía pendientes con muy buenos resultados, sin dolor y sin lesiones. Espero que a ti también te sirvan, y si hay algo extra que te ayuda a no dejar de entrenar mientras viajas, no dudes en compartirlo con nosotros.

Un abrazo y gracias por leerme.

Addy.

 

 

 


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Corredora, yogui, triatleta y ahora blogger de bienestar. Experta en Cambio Organizacional. Mercadóloga de profesión, deportista de corazón. Comparto lo que he aprendido en este camino del deporte y la vida sana por si a ti también te sirve.

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