¡Olvidé los tenis!

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Hace mucho que no corro carreras. Este año el objetivo principal ha sido enfocarme a atender por completo de mi lesión de rodilla, y he trabajado en concordancia: fuerza, flexibilidad, pocos kilómetros, estabilizadores, fuerza, más fuerza. Y poco a poco el dolor de la rodilla aparece cada vez menos. Y si bien es cierto que eso me pone realmente feliz, de vez en cuando se extraña la adrenalina de salir a correr en carrera.

Hace unas semanas hablaba con el coach sobre correr Ticul – Santa Elena. Es una carrera que tiene una gran cuesta al principio, y después varias cuestas más pequeñas. 14.5kms de terreno ondulado. Se corre por la carretera que va justamente del pueblito de Ticul hacia Santa Elena, que es el punto más elevado en el estado de Yucatán. Bastante retador para una rodilla en recuperación porque en las bajadas las rodillas sufren más impacto. Entonces decidimos que si la voy a correr, pero que en ningún momento voy a entrenar el cuestas para evitar estrés innecesario en la rodilla, y que ya veremos el día de la carrera cómo nos va.

Gracias Jose Luis Alcocer por la foto.

Yo estoy emocionada, y confiada en que traigo un buen entrenamiento de fuerza para poder correr la carrera a un buen ritmo sin contratiempos en la rodilla, o eso espero. Y no me equivoqué: pude correr la carrera con apenas un poco de dolor en la primera bajada que pude controlar enfocándome mucho en la técnica al pisar, así que terminé muy contenta, con un ritmo que me supuso esfuerzo, pero me sentí bien todo el tiempo. Además, ¡poder terminar la carrera y no sentir dolor es una sensación inexplicable! Es la mayor victoria de todas.

Pero, no todo es miel sobre hojuelas. Cometí varios errores previos a la carrera, que, si bien son experiencias de las que incluso me río hoy, si me pesaron, y las anduve cargando la primera mitad de la carrera.

¿Que es lo peor que podría pasarle a un corredor? Creo que entre el Top 3 esta olvidar su principal herramienta para correr: los tenis. ¡Pues olvide los tenis! Así como lo lees: olvide los tenis. Bueno, el tenis.

 

Preparación del outfit, con UN tenis!

Ya estábamos en Ticul, en el hotel (porque decidimos hospedarnos en Ticul para no tener que madrugar en exceso y estar muy descansados) y yo me disponía a arreglar mis cosas para el día siguiente: colocar el número en el porta número acomodar los geles/waffle, dejar la ropa lista. Y entonces abro la maleta, saco la ropa, y cuando saco los tenis, ¡oh sorpresa! Solo hay UN tenis. En mi cabeza aparece recreada perfecta la imagen del momento en el que estoy en casa haciendo la maleta, y decido usar la misma maleta del gimnasio, pero solo tenía un tenis dentro, el otro estaba en mi clóset, y pensé: ahora lo guardo. ¡Nunca lo guardé, y me fui con un solo tenis!

Nervios. Enfado. Frustración. ¿Y ahora? Le digo a Luis, que práctico, como siempre, me dice: «vámonos a Mérida por tu tenis». Regresar a Mérida a las 9 de la noche no era la mejor opción, y entonces nos íbamos a desvelar, y regresariamos cansados y hartos de la carretera para correr. No. Tenía que haber otra solución. Pensé entonces en los corredores que no se hospedaron en Ticul y que se irían desde Mérida a la madrugada siguiente. Finalmente, después de un par de llamadas, Paty Cervera fue mi salvación, y junto con Clau se organizaron para que Clau pudiera entregarle   la hija de Paty (Paty matame pero no me acuerdo de su nombre) unos tenis para mi, y Paty pudiese entregarme los tenis antes de la carrera. Si, además unos tenis nuevos, para estrenar en 14.5kms y además en terreno ondulado. Vaya pretexto para estrenar, ¿no?

Finalmente todo se resolvió bien, y Paty hermosa me entregó mis tenis antes de la carrera. Muchas gracias Paty por tu atención, y por coordinarte con Clau para rescatarme. Clau, muchas gracias porque como muchas otras veces, me salvaste. Qué afortunada soy de tener personas a mi alrededor que puedan echarme una mano cuando cometo un error como este, o que estén dispuestas a ayudarme. De verdad muchas gracias a ambas.

Déjame contarte además que olvidé también mis waffles (porque me da hambre como en el km 8), olvidé mis bolitas de arroz para desayunar, olvidé mi muñequera y mi bloqueador solar. Que alguien me expliqué ¿dónde tenía la cabeza cuando preparé mi maleta?

 

Con el waffle, le compré uno a los chicos de la expo. Me daba apuro que no me gustara el sabor (lo compré de coco y nunca lo había probado) y que me irritara el estómago, afortunadamente no pasó, pero el sabor no fue mi favorito. Tampoco me llevé geles y la verdad es que si me hicieron falta. Mas que geles creo que unos sport beans me hubiesen caído perfecto. Con la muñequera no había nada que hacer. El bloqueador solar, Molly me salvó y me prestó uno con el que afortunadamente no me ardieron los ojos al sudar, porque claro, he probado muchas marcas y cuando sudas, el sudor se mezcla con el bloqueador y al caerte en los ojos arde horrible. Afortunadamente este tampoco ardía, así que bien librado.

Con el desayuno Molly me dio una barra de rice crispies, yo cruzaba los dedos para que no me cayera mal al estómago y no tuviera que salir corriendo al baño, que afortunadamente tampoco ocurrió. Y a veces es así, hay que improvisar con lo que hay en ese momento. Por eso creo que es mejor tener la mayor cantidad de cosas planeadas y controladas. Ya solo faltaba correr con tenis nuevos (cosa que tampoco debe hacerse en una carrera) y cruzar los dedos porque no me sacaran ampollas ni me lastimaran el pie (Solo me ocurrió que me amarré las agujetas muy fuerte y se me entumieron los dedos y obvio tuve que parar a ajustarlas, pero de ahí en fuera, super bien todo con mis Saucony Guide  Iso).

Al final de la carrera, con parte del equipo AIYM

Todo terminó en un incidente curioso qué contar, del cual reírnos, y del cual escribir un post. He escrito infinidad de veces miles de recomendaciones para que prepares todo antes de tu carrera y no olvides nada, ¡y mira! Pero bueno, así es estoy y hasta al mejor cazador se le va la liebre. Por cierto, checa este post de «Básicos para una buena carrera«. La verdad nunca me había pasado porque generalmente viajo con los tenis con los que voy a correr, pero, como estaba cansadita y hacía calor, no tenía ganas de ponerme tenis. A la próxima con todo y cansancio, dolor de pies y calor me pongo los tenis para no volverlos a olvidar.

Gracias a todos los que me ayudaron a resolver el asunto de mis tenis y demás cosas olvidadas. Un gusto poder contar con ustedes y les debo una.

¿Y a ti qué te ha pasado en una carrera? Ya me cuentas.

Un abrazo.
Addy.


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Corredora, yogui, triatleta y ahora blogger de bienestar. Experta en Cambio Organizacional. Mercadóloga de profesión, deportista de corazón. Comparto lo que he aprendido en este camino del deporte y la vida sana por si a ti también te sirve.

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