Compartiendo bienestar

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Estudié una licenciatura en Comercio Exterior y Aduanas. Hice una maestría en Marketing. Y hoy me dedico a compartir bienestar.

¿Pensé que mi vida sería así? No

¿Sabía que a esto me dedicaría? No

¿Sabia que a esto quería dedicarme? No

De hecho odiaba las preguntas que te hacían pensar a largo plazo: las típicas “¿Cómo te ves dentro de 5 años?” eran frustrantes porque no sabía ni que haría la semana próxima, mucho menos en un periodo de tiempo tan lejano.

Tuve una jefa, muy querida por cierto, que siempre hablaba del propósito de vida. Cuestionaba constantemente al equipo, yo incluida, sobre cuál era nuestro propósito de vida. Y gran parte del trabajo que hacía yo en aquel entonces como Gerente de Cultura Organizacional, lo enfocábamos a inspirar a la gente a que encontrara su propósito de vida: eso que disfrutas enormemente hacer, y que además tiene un impacto positivo en los demás. Eso que te inspira, te motiva, te impulsa, pero que además, beneficia y ayuda a otros. Y siempre me pareció una idea bonita, pero totalmente romántica y aspiracional, porque yo misma no tenía idea de cuál era MI propósito de vida, y por más metodologías que siguiera, no hacia “click” con algo específico.

No encontraba mi propósito de vida, pero claro, no sabía que no lo había encontrado.

Pensaba que mi propósito de vida era incrementar la productividad de la empresa a través de una cultura organizacional favorable y amigable que generara un buen ambiente de trabajo, o lograr una comunicación organizacional super eficiente, y hacer una excelente gestión del cambio, siempre pensando en temas muy laborales, muy en el vocabulario que manejaba normalmente, pero seguía sintiendo que ese propósito que medio me gustaba como sonaba, estaba hueco. Y la verdad es que era muy buena en cultura organizacional, en comunicación y en gestión del cambio.  Mi época como consultor fue super satisfactoria, enriquecedora y llena de increíbles experiencias, y de grandes logros, volvería a hacerlo sin duda, pero ahí no había encontrado mi propósito.

En la época en la que hacia consultoría, con mi equipo y con Benjamin Paredes.

Luego entonces decidimos mudarnos a Mérida y yo dejé la consultoría atrás.

Y me dediqué a entrenar triatlón. Y empecé a escribir Bienmecuido.

Mi idea era tener un blog donde yo pudiese compartir con las personas cosas sencillas sobre bienestar. Y que quienes me leyeran “descubrieran” que cuidar de si mismos podía ser algo sencillo, fácil de hacer, económico, y que se traduciría en salud: menos dolores, más energía, mejor estado de ánimo, más bienestar.

Cabe decir que cuando yo empecé a escribir Bienmecuido, allá en febrero de 2016, yo ya tenía 7 años corriendo, ya había hecho una certificación de yoga, y llevaba 3 maratones y varios triatlones. O sea, yo ya tenía rato en esto de la vida saludable y el bienestar.

Además, me gusta aprender. Entonces leo cuanta cosa cae en mis manos sobre alimentación, anatomía, biomecánica, respiración, yoga, recuperación, fisiología del ejercicio… y claro, me inscribo a todos los talleres, webinars y masterclasses que puedo, así que he tomado talleres de nutrición deportiva, trofología, entrenamiento de alta intensidad por intervalos, running, fascias, backbends, inversiones, hidratación, recuperación… Me adentré al mundo del bienestar en serio.

Y lo comparto a través de este blog, a través de la cuenta de Instagram y Facebook (@bienmecuido) porque claro, redes sociales hoy permite que mi contenido esté disponible para cualquier persona. Y resulta maravilloso que alguien me siga, de like a mi publicación y me diga que se ha sentido super bien tomando te de jengibre, o que le pareció super buena idea empezar a usar yogurt griego como sustituto de crema, o que cuiden su salud hormonal con seed cycling. Por su puesto es una gran responsabilidad publicar. Y por eso lo hago con mucha conciencia, con mucho respaldo de la información que publico, asegurándome siempre que las fuentes donde obtengo información son certeras y confiables. Así que cuando leas alguna recomendación en cualquiera de mis redes, ya sabes que me di a la tarea de investigar a fondo antes de publicarlo.

En octubre de 2016 abrí mi tienda especializada en running: Planeta Maratón.

Con la tienda he tenido la oportunidad de aprender sobre muchas más cosas relacionadas a correr: geles, electrolitos, tipos de tenis, tipos de pisada, lesiones de corredores, hidratación, calambres… asisto a todas las capacitaciones que nos dan las marcas, y siempre estoy buscando información para mantenerme actualizada en lo que surge respecto a running. De hecho, el año que no pude correr por lesión, que puedes leer aquí la historia, hice una certificación como coach de running, porque lo dicho, me gusta aprender, y además, mucha de esa información la experimento en mi misma porque sigo corriendo, así que soy mi propio laboratorio de pruebas =)

Planeta Maratón

Planeta Maratón sigue creciendo, y yo sigo aprendiendo… y con la tienda he tenido la oportunidad de ayudar a la gente a que corra mejor cuando descubrimos su tipo de pisada y entonces por fin corre con unos tenis con los que se siente cómodx y puede correr sin dolor, sin molestia. Tengo clientes que no corren, caminan, pero caminar les producía dolor, así que después de probar con muchos tenis y muchas marcas, encontramos los tenis ideales para ellas, y ahora caminan sin ningún tipo de dolor, porque necesitaban el soporte adecuado en sus tenis.

Con Lulu Arceo

Clientes que sufrían de calambres que aprendieron que con las pastillas de electrolitos pueden mantener los calambres controlados. Algunos más que se atrevieron a experimentar con el foam roller para disminuir la tensión muscular y ahora tienen menos lesiones. Otros que se sentían fatal en sus entrenamientos por falta de energía y ahora pueden entrena super bien. Y quiero incluir también las largas charlas que tenemos con los clientes en las que nos cuentan sus historias, sus anhelos, sus experiencias, sus lesiones, sus frustraciones, sus próximos proyectos.  Es super bonito conocerlos más, aprender de ustedes y con ustedes. Que nos compartan su experiencia es muy valioso y enriquecedor.

Tengo la dicha de poder ayudar a mucha gente a través de Planeta Maratón. Y es inmensamente gratificante. Cada vez que alguien me dice que le funcionó el gel, o las pastillas de electrolitos, o los tenis, me da muchísima satisfacción haberle podido ayudar.  Porque para mi, tiene que ver con compartir bienestar. Y como te dije al principio del post, a eso me dedico.

Me ocurre con Planeta Maratón, y también me ocurre con las clases de yoga.

AMO dar clases de yoga.  Yo hice una certificación como maestra de yoga porque tengo una lesión en la rodilla, y quería aprender a cuidar mejor mi cuerpo como puedes leer en este post.  En aquel momento no pensaba en dar clases a otras personas, lo veía más como una herramienta personal.

Pero una cosa llevó a la otra y hoy doy clases de yoga todos los días, desde hace 4 años. Ser maestra de yoga es sin duda de las experiencias de vida más bonitas porque puedo ser el vehículo a través del cual las personas vuelven a conectar con su cuerpo a través del movimiento, de la respiración y del despertar de la conciencia.

Es realmente increíble ver la transformación de las personas con la práctica constante de yoga: cambia su cuerpo, su postura, su semblante, su rostro, su amor propio, su salud. Pero el cambio más importante no es el cambio que yo percibo, sino el que ellxs experimentan: se vuelven a sentir dueños de su cuerpo, fuertes, confiados, poderosos. Se atreven a hacer cosas que no creían que podían hacer, se permiten creer en si mismos, derribar sus propias barreras, y expanden sus posibilidades. Y una vez abierta la caja de pandora descubren que el potencial que tienen es infinito. Además, eso se lo llevan a su vida fuera del mat, entonces es una transformación que empieza a nivel físico, conectando con el cuerpo, pero que al final les lleva a un camino de autoconciencia y autodescubrimiento que les impacta de manera positiva en toda su vida.

Tengo alumnos que empezaron a practicar conmigo con muchas restricciones de movimiento, con el argumento de “tengo problemas en la espalda”, o “tengo problemas en la cadera” y poco a poco, con trabajo constante, disciplina y confianza, han quitado de su vocabulario (y de su cuerpo) ese “tengo problemas en…”. Tengo alumnos que han pasado crisis emocionales fuertísimas, llegaron a clase medicados, con visitas frecuentes al psiquiatra y sin poder conciliar el sueño, y hoy ya no toman ningún medicamento, y han recuperado su estabilidad emocional. Alumnos que han vivido crisis familiares fuertísimas y que han encontrado en yoga ese oasis de paz mental que los mantiene fuertes y cuerdos para enfrentar las batallas de todos los días. Alumnos estresados por las actividades cotidianas que al finalizar la clase se sienten tranquilos, relajados y centrados para empezar el día con una actitud distinta.

En clase de yoga

Y me llena de felicidad y de satisfacción, porque de verdad impacto positivamente la vida de las personas compartiendo bienestar.

A través de las clases de yoga encuentran esta conexión con el bienestar. Y estoy segura que esa conexión con el bienestar se vuelve adictiva: quieres más, quieres repetir, quieres hacerla con más frecuencia, y entonces te vuelves disciplinado en tu práctica por los beneficios que obtienes en ella a través de tu esfuerzo.

Siempre les digo que mi momento favorito de la clase es cuando salimos de Savasana, la postura final, y ellos vuelven a sentarse en su tapete con una enorme sonrisa y cara de felicidad. Justo en ese momento se que disfrutaron la clase, y que se sintieron super bien.

En cada clase tengo la posibilidad de compartir bienestar a las personas que practican conmigo, y me siento inmensamente afortunada y agradecida. Es una gran responsabilidad, pero también es muy satisfactorio poder ayudar a que se sientan mejor.

 

Cuando un cliente o un alumno me da retroalimentación y me dice que algo que yo le sugerí le funcionó, y cómo eso ha impactado su vida positivamente, es cuando me doy cuenta de que comparto bienestar. Y en los últimos meses me he dado a la tarea de observar que no es un único caso aislado, por el contrario, me ocurre con frecuencia, casi todo el tiempo, casi todos los días.  Recibir esta retroalimentación es maravilloso y es lo que me hizo caer en cuenta que eso es lo que hago: comparto bienestar. Ayudo a que las personas estén mejor de alguna manera. Es mi manera de servir, de compartir.

Y entonces hoy puedo decir que mi propósito de vida, ese que no encontraba hace unos años, y que yo quería redactar en palabras más “oficinistas” es justamente compartir bienestar. Se que es así  porque me siento inmensamente feliz al realizarlo, me llena de emoción preparar una clase, o saber que perseguimos un objetivo  en yoga.  Me sigue emocionando como el primer día escribir un post que seguramente le va a ayudar a mucha gente a cocinar más saludable, o a entender que esta bien tener emociones negativas de vez en cuando o que es importante lo que te dices a ti mismo.

Me hace feliz ver a un cliente irse satisfecho con sus tenis y que meses después me diga que dejó de sentir molestias.

O que se haya decidido a utilizar el foam roller y su periostitis haya disminuido. Me gusta, lo disfruto, y además puedo ver de manera tangible que en realidad impacta positivamente en las personas, y resulta MUY gratificante.

Así que aquí estoy, festejando 6 años de Bienmecuido, cayendo en cuenta de que aquello que empezó como un blog por el gusto de escribir y compartir se ha vuelto una forma de vida que va más allá de lo que lees en estas publicaciones, pues mi vida completa está llena de esta experiencia constante de búsqueda del bienestar, y la posibilidad de compartirlo.

Bienestar no es solamente comer bien. No es solamente ejercitarse. Bienestar es la suma de cosas pequeñas, repetidas constante y conscientemente que te hacen sentir bien, que te hacen sentir mejor de lo que estas hoy, que te ayudan a crecer, a sentirte plenx, feliz, satisfecho en el plano físico, emocional, espiritual.

Y tampoco es algo estático, el bienestar de cada uno de nosotros va evolucionando con el tiempo, va cambiando con nuestras situaciones y momentos de vida, va transformándose de la misma forma en la que nos transformamos nosotros.

Así que la búsqueda de ese bienestar permanece siempre activa, siempre moviéndose, siempre mejorando. Lo que antes te gustaba puede ahora ya no gustarte, y ahora prefieres una cosa distinta. O ahora probaste algo que te hace sentir incluso mejor que antes, así que resulta incluso emocionante saber que seguimos avanzando y creciendo en esta búsqueda del bienestar.

Mil gracias por acompañarme en este camino, por creer en mi, por confiar en mi, por dejarme guiarte en tu práctica, actual, pasada o futura.

Gracias a todos los clientes de Planeta Maratón que confían en nosotros, que nos dejan asesorarles, recomendarles, y acompañarlos en sus kilómetros.

Mil gracias a mis alumnitos de yoga por tanto aprendizaje, por tanta luz que traen a mi vida, por tanta energía. De verdad que lo que cada uno de ustedes aporta a mi vida es invaluable, mil gracias.

Gracias a ti, que lees Bienmecuido en cualquiera de sus modalidades, que te animas a probar alguna de mis recomendaciones, que te tomas el tiempo de dejarme un comentario, o escribirme alguna pregunta, porque saber que lo que comparto te ayuda aun sin conocernos, es realmente inspirador. De verdad mil gracias.

Que tu camino por el bienestar sea luminoso, fructífero y gozoso. Que descubras qué bien se siente cuidar de ti, y si ya lo sabes, que no dejes de hacerlo.

Abrazo grande!

Addy.

 


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Corredora, yogui, triatleta y ahora blogger de bienestar. Experta en Cambio Organizacional. Mercadóloga de profesión, deportista de corazón. Comparto lo que he aprendido en este camino del deporte y la vida sana por si a ti también te sirve.

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