I love running

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Corrí mi última carrera el domingo 8 de marzo de 2020. Fue la carrera Sadasi, e incluso me subí a pódium porque quedé en tercer lugar de mi categoría.  Dos días después cumplí 40 años, y 3 días después empezó el “encierro” por pandemia, con todos los cambios que trajo consigo y que también te comparto en este post

Carrera Sadasi, 8 de marzo 2020

Volví a correr una carrera presencial el 16 de mayo de 2021, 10kms en el Maratón Cozumel. Esta vez no me subí a pódium, pero quedé en 8vo lugar.

Pasaron 432 días. 14 meses y 7 días para que pudiera volver a correr una carrera. Y por supuesto tengo un montón de emociones que quiero compartirte y esa es la razón de este post.

Primero, decir que no sabía si iba a correr. Venimos al Maratón Cozumel a poner stand de Planeta Maratón, mi tienda de running, lo que implica mucho trabajo previo: pedir producto con suficiente anticipación, empacar, priorizar qué llevamos, qué no, viajar por carretera más de 3 horas, cruzar en el ferry con todo y vehículo con las interminables horas de espera para abordar, haber reservado con tiempo hotel, montar el stand desde temprano el día de la entrega de paquetes, acomodar todo el producto, y estar listos para esperar a los corredores.

Interactuar con los corredores es una cosa maravillosa.

Escuchar sus rituales, sus dudas, sus emociones, sus nervios, su pasión. Y es que hay corredores con muchísima experiencia que saben perfecto qué les funciona, qué no, y a qué van, y hay corredores nuevos, que nunca han hecho una carrera, o que se estrenan en una nueva distancia y no tienen ni idea de cómo usar los geles, las pastillas de sal, o los electrolitos. Hay corredores que olvidaron sus calcetines, su visera, sus gomitas, su cinturón de hidratación, y que afortunadamente encontraron un reemplazo adecuado en nuestro stand. Otros corredores cuando escuchan nuestras recomendaciones hacia otro corredor, compran el mismo producto y confirman la información.

La verdad es que me hace sentir muy afortunada poder contribuir a que los kilómetros de los corredores sean mejores de alguna manera: bien porque no les van a dar calambres, o porque no se van a quedar sin energía, o porque van a estar libres de ampollas. Este rol de asesorar a los corredores en momentos tan críticos como una competencia implica mucha responsabilidad, porque te puedes equivocar con el producto que le recomiendas, o puede que haya un factor que no consideraste y entonces el producto puede no funcionarle como esperabas. Pero me hace sentir muy tranquila que siempre asesoramos desde el conocimiento, desde la experiencia y la buena voluntad.

No somos los típicos que te recomiendan algo solo por vender, porque entonces yo creo que habríamos caducado hace mucho tiempo. Hacemos recomendaciones basados en investigación, capacitación, experiencia propia. No recuerdo si les he contado, pero el año que no pude correr por lesión hice una certificación como coach de running, y me inscribo cada año a un sinfín de talleres para aprender más sobre hidratación en el entrenamiento, alimentación deportiva, recuperación, liberación miofascial, yoga obviamente, porque además soy maestra de yoga certificada, tanto en Hatha Yoga como en Vinyasa Yoga. Muchas cosas las aplico en mi misma, y Luis también las aplica en él mismo, así que desde esa perspectiva de responsabilidad y conocimiento de causa es que hacemos las recomendaciones de los productos que ofrecemos en Planeta Maratón.

Alistando el stand de Planeta Maratón en el Maratón Cozumel

Y es muy valioso que la gente nos crea, confíe en nosotros y nos permita asesorarles. De verdad que muchas gracias por la confianza a quienes nos preguntan cómo tomarse sus pastillas de sal, o cómo hidratarse mejor desde el día previo, o por permitirnos recomendarles calcetines, o cómo aplicarse la vaselina.

Podría escribir miles de historias sobre las personas que llegan al stand a comprar algo, y entonces nos cuentan su experiencia, su objetivo, sus lesiones, su historia, sus alergias, sus dolores, sus malas experiencias, sus buenas experiencias. La verdad es que de todo eso que nos comparten también aprendemos porque es inmensamente enriquecedor compartir historias y experiencias. Gracias de verdad por compartirse tanto con nosotros. Es un placer poder servirles y ayudarles en estos menesteres de correr. Por cierto, pueden leer este post sobre algunas recomendaciones para quienes corren su primera carrera, por si les sirve.

Pero volvamos al tema de la corredera.

Finalmente decidí que si correría, porque aun con el cansancio de las horas de trabajo, la emoción de correr una carrera presencial es mucho mucho mucho mayor. Así que fui, me inscribí, me hice mi prueba de antígenos, recogí mi paquete, y lista para correr.

El dia de la carrera me desperté MUY tarde, la verdad estaba super cansada, así que hubo que apretar el acelerador desde el inicio, y estar lista en 5 minutos, para poderme ir corriendo del hotel al punto de salida (recuerden que cierran las calles por competencia) que me sirvió de calentamiento. Llegué al Parque Quintana Roo, había que rodearlo para poder acomodarme en el corral de salida.

Foto de Fhinixsports en el momento de salida de 5 y 10ks

Con esta dinámica actual la fila de corredores era más larga de lo habitual, y si a eso le sumamos que llegué tarde, impensable encontrar mi coach Claudia y a Sofi, que corrían mi distancia. Vi a Jourdan por ahí cerca, y me instalé cerca de él. Salíamos 5 y 10kms al mismo tiempo, en bloques de 6 corredores cada vez, con 5 segundos de diferencia entre unos y otros, para cuidar la sana distancia.  Había además un último punto de inspección de temperatura, porque a todos nos volvían a tomar la temperatura antes de salir.

Frank Estrada da la indicación de salir a la línea en la que yo me encontraba, y a correr!! Enciende el Garmin. Había que correr con el cubrebocas los primeros 500 metros. Cuando me lo quité Luis estaba por ahí, y se lo pude dar. Y a correr. A correr sin parar.

Escuchar los pasos de los corredores sonar al mismo ritmo sobre el camino es indescriptible, es un sonido que eriza la piel. Las respiraciones agitadas a tu lado te recuerdan que esta vez no estás corriendo solo. El grito de la gente que está como espectador, que te animan aun sin conocerte, emociona hasta la médula. ¡Qué dicha volver a correr acompañado!

Los espectadores se van espaciando más conforme te alejas del punto principal, pero aun encuentras por ahí a quienes te echan porras. Corredores a muy buen ritmo delante de ti, te invitan a acelerar el paso, pero cuidado, porque al final no te alcanzarán las piernas. Quiero mantener un buen paso, y voy rebasando a muchos corredores. Llegamos al primer punto de hidratación, poco antes del kilómetro 2.5. La hidratación está a la izquierda, como pensada en los corredores que ya vienen de vuelta, así que decido no atravesarme porque pienso que habrá hidratación adelante. Error, no hay hidratación hasta el kilómetro 5. Tranquila, no lo pienses y sigue corriendo. El retorno para los corredores que harán 5kms y la indicación para seguir de frente para quienes haremos 10ks.

Corremos los primeros 500mts. con cubrebocas y justo veo a Luis para darle el mío.

Sigo corriendo, afortunadamente hay sombra todavía, pero hay mucha humedad, y ya estoy empapada de sudor.

Empezamos a correr en la zona en la que ya no hay casas al lado derecho, solo del lado izquierdo. Sigo manteniendo buen ritmo, me encuentro a un corredor que viene más o menos a mi ritmo, y corremos juntos un par de metros. El trae el celular en la mano, yo pienso lo que siempre pienso cuando veo corredores corriendo con el celular en la mano: cómo puede correr con el celular en la mano, debió haber ido a Planeta Maratón por una cangurera.

Porque claro, dentro de las preferencias de correr de cada quien, se incluye la variedad de los accesorios: quienes llevan audífonos muy grandes, quienes no llevan audífonos porque prefieren correr sin música, quienes llevan audífonos muy pequeños, quienes traen su música sin audífonos, quienes corren con el celular en la mano, o con el celular en el brazo, o quienes traemos cangurera. Para gustos los colores.

Kilómetro 4, mi kilómetro dedicado a Wendy, a quien si bien no conozco personalmente, su historia me ha calado profundamente porque podría ser yo, o alguien cercano a mi. Wendy salió a entrenar una mañana sus 15kms como parte de su preparación para el Medio Maratón Cozumel y un conductor distraído con su celular la atropelló. Cuando conocí la historia pensaba que Wendy estaría con una fractura en la pierna, en el brazo o en la cadera. Pero Wendy está en coma. No ha despertado aún, aunque ya abre ocasionalmente los ojos y los doctores dicen que es un buen síntoma. No puedo contener las lágrimas cada vez que pienso en Wendy, en sus hijos, en sus alumnos.

Quiero creer que la buena vibra de todos los que nos hemos involucrado en la iniciativa Activate Seguro que armaron sus compañeras de equipo para concientizar a los corredores sobre cómo correr más seguros y reunir fondos para ayudar a su recuperación, harán que despierte pronto. Mucha luz para ti Wendy, mucha luz para ti. Y un abrazo fuerte a toda la tribu Bacab. De verdad que es un honor conocer a mujeres tan solidarias y tan preocupadas por el prójimo. Rita, un abrazo enorme para ti y toda la tribu.

Poco antes del kilómetro 5 están las carpas de hidratación: como olvidé mis sport beans por despertarme tarde, decido tomar un Gatorade para no quedarme sin energía a medio camino. La nueva normalidad dicta que la hidratación la tienes que tomar tu mismo, en botellas cerradas, lo que obliga a bajar el ritmo para abrir la botella y poder tomar. Dos, tres, cuatro tragos, lo suficiente para tener energía para el regreso y a darle. Mi ritmo hace varios kilómetros que no es lo que quisiera, pero dejo de estresarme y hago lo que mi cuerpo me permite.

Aún rebaso a varios corredores. Me encuentro a la hermosa Lyly de la Cruz, a quien conozco gracias a redes sociales y nos echamos porras para no bajar el ritmo, su sonrisa y sus ganas son contagiosas, una inyección de energía. Durante el camino saludo a muchos clientes, no estoy muy segura si ellos me reconocen a mi, pero yo a muchos de ellos sí.

Antes del kilómetro 7 me rebasa Raúlito Cisneros.

Raúl un gusto verte, mil gracias por ayudarnos en el stand un rato, y mil gracias por tantos años de compartir esta locura. Raúl me vendió mis primeros tenis para correr un maratón, me da coaching siempre que necesito ayuda con algo, y hemos tenido la oportunidad de compartir proyectos un par de ocasiones. Es de esas personas que el running trajo a mi vida, y me siento afortunada y agradecida de que nuestros caminos se sigan cruzando. Un gusto verte siempre, y mucho éxito en los proyectos venideros.

Llego al kilometro 7 y mi cabeza piensa: ¿me faltan 7kms? Y por un momento me apanico. Respiro tranquila: obvio no, llevas 7, te faltan solo 3, dale. Punto de hidratación (en el que no me hidraté a la ida) y tomo una botella de agua. Tomo unos tragos y decido echarme un poco de agua en la cabeza. A mi no me gusta mojarme cuando corro, pero es que había tal humedad, que era lo único que podía hacer.  Siempre me acuerdo de mi coach cuando fue mi pacer en una carrera diciéndome: échate un poco de agua en la cara, asi que eso hice: me eché más agua en la cara y a correr, solo faltan 3kms.

Ultimo kilómetro del recorrido

Escucho los pasos de un corredor que me va a rebasar, estoy corriendo sola desde hace rato. Este corredor me rebasa, y no hay forma de que le siga el ritmo. Regresamos a la zona donde nuevamente te encuentras gente animando, y hacen lo propio.

Cerca del kilómetro 9 veo a Luis que me dice: traes al 5to lugar a 100 metros. Pero no hay forma en la que yo acelere el paso. Sigo corriendo. El camino es una línea recta que me es bastante familiar, así que se que ya estoy cerca.

Hay mas gente animando conforme te acercas a meta, lo cual emociona muchísimo. La gente grita cuando vas pasando y te ven hacer tu último esfuerzo, un pequeño giro a la izquierda para correr los últimos metros hacia la meta, ¡¡¡siiii!!!!! (Detén el garmin)

Cruzo la meta, recupero el aliento.

Me pregunta el paramédico si estoy bien, respondo que si, e intento calmar mis emociones, respiro profundo para que los latidos del corazón regresen a la normalidad y empiezo a avanzar hacia la salida, con el corazón aun en la garganta. Me encuentro a Raúl, al chico que me rebasó, a Frank Estrada. Tomo un Gatorade de uva. Paso a recoger mi medalla, que me tengo que poner yo. Es de las cosas que si eche de menos, porque amo que me pongan mi medalla, me parece muy simbólico. Encuentro a Luis y después de un par de besos y abrazos, nos vamos a echar porras a los corredores que continúan corriendo. Emoción al mil.

Con Sofi y Clau, ganadoras del 1ro y 2do lugar de 10kms respectivamente

Encuentro a Sofi y a Clau que me cuentan su historia de ganadoras (se llevaron primero y segundo lugar respectivamente) y ahí nos quedamos animando corredores. Y se me eriza la piel con sus caras, con sus gritos, con ese último jalón que dan para cruzar la meta.

Los corredores no se rinden.

Aun cuando bajen el ritmo no paran, y siguen hasta el final. No importa la edad: chicas de veintitantos o señoras de sesenta y tantos. Tampoco importa el género: hombres y mujeres por igual. Todos están ahí dispuestos a esforzarse y a dar lo mejor de sí mismos, y esa intensidad, esa emoción es altamente contagiosa. La gente sonríe cuando les gritamos, los animamos. Levantan los puños, sabiendo que están a punto de llegar, tal vez ese grito era el impulso que les faltaba. Me emociona irremediablemente hasta las lágrimas porque yo soy ellos, porque yo se lo que significa correr esos kilómetros y esforzarte, y estar a punto de llegar a la meta, y sentir que el cuerpo ya no puede más, pero que cruzarás esa meta cueste lo que cueste. Porque esto es así, y rendirse no es una opción.

Disparo de salida de Maraton y 21ks Cozumel. Foto de Fhinixsports.

Domingo.

Hoy se corre el maratón y el medio maratón. Salida 5:30 de la mañana: muy adecuado porque menos sol igual a menos humedad en Cozumel. Luis y yo estamos instalados en el km 14, caminando en sentido contrario hacia la salida, echando porras a los corredores, que cuando dan vuelta en el retorno, vienen ya en sus últimos dos kilómetros (Puedes ver el video de la transmisión en vivo en nuestra página de Facebook)

Y nuevamente se me vuelven a llenar los ojos de lágrimas al verlos correr, ya con 14kms en las piernas. Además, me emociona doblemente ver a corredores conocidos: Julio Zapata, Alex Pavia, Charles Rojas, Alex Maldonado, Chepo, Lydia, Anita, Beto Pech, Alexa, Beto, Alex Flamenco, personas con las que llevo coincidiendo en carreras desde hace tanto tiempo, que aun cuando no seamos amigos cercanos todos, somos compañeros de carrera y con más de uno y hemos compartido enriquecedoras experiencias corriendo.

De mis drama queens favoritos 😉

En sentido hacia la meta, estamos en el kilómetro 19-20 para el medio maratón, y 40-41 para quienes harán maratón completo, pues son dos vueltas al mismo circuito.  Los últimos kilómetros de las carreras siempre son muy emotivos, porque puede ser que vengas super bien e incluso aprietes el paso para cerrar, o puede ser que traigas el cuerpo ya muy descompuesto, y estés haciendo tu mayor esfuerzo para no rendirte y cruzar la meta aunque sea arrastrándote.

Por supuesto vimos muchos de ambos escenarios: corredores sonrientes que sabían que el cuerpo les alcanzaría para cerrar, corredores que ya no podían dar un paso más y los tuvieron que llevar literalmente cargando hasta la meta. Parejas, como la de Juan Miguel y Xochiquetzal maravillosa: ella no puede más, pero él la espera y la toma de la mano para cruzar juntos la meta y no dejarla rendirse. Historias inspiradoras como las de corredores en sillas de ruedas o con capacidades diferentes que entran triunfantes a la meta.

Las personas mayores que son un gran ejemplo de resiliencia y orgullo.

Nos dejan claro que la edad no determina el tamaño del objetivo que quieres perseguir. Obviamente a las personas que estamos animando nos emocionamos muchísimo con cada historia, de la que solo vemos un fragmento, unos minutos, un gesto, un grito, un último empujón e ignoramos lo que hay detrás: horas de entrenamiento, disciplina, sudor, esfuerzo, alegrías, tristezas, enojos, calambres, cansancio, pero también sin duda hay mucha mucha satisfacción por lograr el objetivo.

Ya sobre las 9-10 de la mañana, veíamos pasar a los corredores de maratón en sus últimos kilómetros. Empapados de sudor, el cuerpo ya con el peso de los kilómetros encima se nota hasta en su postura al correr. Además, el sol está duro, y la humedad ni se diga. Estamos cerca del último punto de hidratación antes de la meta, recordándoles que ya solo les falta un kilómetro, pero claro, es que en un maratón puede ser tu kilómetro más largo. Vemos pasar a Paty Pacab, guerrera incansable que se llevó el primer lugar del maratón en su categoría, y que está entrenando para hacer el IronMan completo, una campeona.

También vemos a Alex Pavia, que nos dice que ha sido muy sufrido, porque además corrió con lesión de rodilla. Alex Flamenco, a quien me sorprendió ver corriendo en maratón, y estoy casi segura que es su primer maratón, a la implacable Carolina Bustos que es una guerrera. Algunos corredores vienen caminando. Algunos corredores bajan el ritmo para tomar agua, y refrescarse la cara y la cabeza con el agua fría, otros vienen ya sufriendo con calambres y dolores musculares que apenas les permiten andar.

Foto de Fhinixsports

Yo tengo la teoría que el corredor que viene sonriendo aun, viene bien, porque a estas alturas del partido  tu rostro transmite todo lo que tu cuerpo está sintiendo, y hay quienes traen gesto de dolor perceptible a kilómetros de distancia, y hay otros, que vienen paso a pasito, sonriendo porque saben que están a punto de lograrlo. Nuevamente la edad es irrelevante al igual que el género del corredor: hombres, mujeres, señores mayores, jóvenes… una gran diversidad de corredores dándonos una lección de entrega, disciplina y compromiso.

Y es que correr es así, intenso, de recompensa inmediata, nos da este maravilloso sentido de logro al cruzar la meta sabiendo que lo hiciste, y lo hiciste bien, o que tienes algo que mejorar para la próxima vez. Cada carrera es única. Cada carrera es distinta. En cada carrera tu eres distinto.

Por más kilómetros que traigas acumulados en las piernas, sigues sintiendo la emoción de los minutos previos al disparo de salida en el corral, ese nervio en el estómago que te estremece y te hace preguntarte si lo lograrás, y no te queda más que confiar en ti, en tu cuerpo, en el entrenamiento realizado, y disfrutar cada paso, cada zancada, cada sonrisa y grito que te regalan los que te acompañan en el recorrido, porque a todos nos une esa emoción, esa pasión, ese entusiasmo que nos lleva a cruzar la meta, a no rendirnos, a dejarlo todo en el camino, a construir una mejor versión de nosotros mismos cada vez que salimos a correr.

Foto de Fhinixsports

Si. Correr nos cambia. Nos transforma. Nos sensibiliza. Nos emociona. Nos llena de alegrías, de experiencias, de amigos nuevos. Nos hace recordar que el límite lo ponemos nosotros, y nos sorprende lo lejos que podemos llegar.

Felicidades a todos los que corrimos Cozumel. Un gusto y una emoción enorme correr con ustedes.

Abrazo.

Addy.


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Corredora, yogui, triatleta y ahora blogger de bienestar. Experta en Cambio Organizacional. Mercadóloga de profesión, deportista de corazón. Comparto lo que he aprendido en este camino del deporte y la vida sana por si a ti también te sirve.

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