La fuerza del amaranto

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Alegrias

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En México, un dulce muy tradicional son las “alegrías”: barras de amaranto con miel, que generalmente tienen pasas y cacahuates. Las recuerdo desde mi niñez! Y si preguntara, ¿quién no ha comido una?

El amaranto era parte de la dieta básica de nuestros antepasados aztecas y formaba parte también de sus ceremonias religiosas. Es una planta que crece muy fácilmente casi en cualquier terreno, su ciclo de producción es muy corto y ha formado parte de la alimentación del hombre desde tiempos ancestrales. Podríamos decir que ha evolucionado con la humanidad, porque desde 1985 es parte de los alimentos que los astronautas llevan al espacio por su increíble aportación proteica.

En realidad no es un grano, es una semilla: semilla de la planta de amaranto.

Nutricionalmente, es un gran aliado:

  • No contiene gluten, lo que lo hace de fácil consumo para personas sensibles al gluten.
  • Contiene todos los aminoácidos esenciales, por lo cual es una proteína completa. En una tasa de amaranto crudo encontramos 26grs. de proteína.
  • Es fuente de minerales como:
    • Calcio, ayuda a la formación de huesos.
    • Magnesio que da energía para el metabolismo.
    • Potasio, regula la presión sanguínea.
    • Fósforo, mineral que ayuda a la formación de huesos y dientes. Es el 2do mineral de mayor presencia en nuestro cuerpo: cada célula tiene fósforo.
    • Hierro, mucho hierro que ayuda al aprovechamiento adecuado de la energía en el cuerpo. Una tasa contiene aproximadamente el 82% del consumo diario recomendado de hierro.
  • También es rico en fibra, lo que ayuda a mantener tu digestión a buen ritmo.
  • Rico en vitaminas:
    • Vitamina A: crecimiento de cabello, regeneración de piel.
    • Vitamina C: Antioxidante que el cuerpo necesita para un correcto funcionamiento. Ayuda a la absorción de hierro, y colabora en la piel, los huesos y el tejido conectivo
    • Vitamina B1 (Tiamina): fortalece el sistema inmunológico, ayuda a la salud de los ojos, y mejora el rendimiento deportivo.
    • Vitamina B2 (Riboflavina): nos ayuda a aprovechar la energía de los carbohidratos y ayuda a la reparación de los tejidos.
    • Vitamina B3 (Niacina): es soluble en agua, es decir, no se almacena en el cuerpo, por lo que necesitamos consumirla con frecuencia. La niacina contribuye al buen funcionamiento del aparato digestivo, la piel y los nervios, y ayuda a la conversión adecuada de los alimentos en energía.
    • Vitamina B9 (Folato o ácido fólico): ayuda a que el organismo produzca nuevas células, globulos rojos y blancos. También ayuda a la transformación de carbohidratos en energía.
  • Rico en lisina, un aminoácido que ayuda a formar proteínas y que se encuentra generalmente en la leche, lo que hace que el amaranto sea ideal para bebés y para mujeres embarazadas y lactando.

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Hace algunos años, cuando el IMSS hizo una reingeniería en los procesos de sus guarderías, los menús para los bebés que empezaban la ablactación (ingesta de alimentos sólidos) incluyeron papillas de amaranto por su alto valor nutrimental. Lo sé porque participé en el proyecto.

Además de todos estos beneficios, es importante decir que el amaranto es un alimento de costo muy accesible y fácil de comprar, lo encuentras prácticamente en cualquier supermercado en el pasillo de los cereales. La presentación en la que lo encontrarás es inflado. Algunas veces viene también disponible en sabor chocolate, pero yo lo prefiero sabor natural para poder combinarlo.

¿Cómo incluirlo en la dieta?

Para incluirlo en tu dieta puedes utilizarlo como topping sobre fruta, en licuados, con yogurt y fruta. Te comparto una de mis recetas favoritas con amaranto: guayabas con amaranto y yogurt.

También puedes incluirlo al preparar los muffins de plátano con avena, o al preparar unos  deliciosos hotcakes: lo unico que tienes que hacer es añadir una taza de amaranto inflado a la mezcla, y un poco más de leche.

El amaranto hace muy espeso el líquido con el que lo combinas, por lo que si lo preparas en licuado, utiliza solo dos cucharadas de amaranto por vaso de leche o quedará como papilla! Claro, siempre puedes añadir más leche.

Enjoy!


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Corredora, yogui, triatleta y ahora blogger de bienestar. Experta en Cambio Organizacional. Mercadóloga de profesión, deportista de corazón. Comparto lo que he aprendido en este camino del deporte y la vida sana por si a ti también te sirve.

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