Objetivos inteligentes

Objetivos inteligentes y alcanzables para este nuevo año

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Cuando trabajaba en el mundo corporativo, cada cuatrimestre me tocaba definir los objetivos de mi área, Cultura Organizacional, para saber hacia dónde se dirigirían los esfuerzos del equipo y los míos propios. Esto me ayudaba a saber qué era lo importante y cuál era la meta a alcanzar cada cuatrimestre. Esta claridad en los objetivos, hacia que mi trabajo fuera cuantificable, y Jess, mi jefa en ese entonces y ahora amiga querida, tenía herramientas con las cuales medirme y definir de manera objetiva, si yo era eficiente y productiva en el trabajo y por lo tanto alcanzaba mi bono o no.

Creo que en este periodo de tiempo fue cuando realmente entendí la importancia de tener objetivos inteligentes, no solo porque esa sea la metodología que usábamos con Jess (Metodología SMART), sino porque de verdad entendí para qué servía tener un objetivo así de claro y entonces empecé a aplicarlo también en mi vida personal.

Y hoy quiero compartirte esta metodología aplicada a un objetivo personal muy básico, que te sirva de ejemplo para que puedas construir los tuyos, y al tenerlos totalmente claros, te sea más fácil alcanzarlos.

Lo primero es definir un objetivo claro: ¿qué quieres alcanzar? ¿Qué quieres lograr?

Quiero correr. Quiero bajar de peso. Quiero tener un mejor trabajo. Quiero ahorrar.

Si. Estas son frases que pensamos comúnmente, y que seguramente están más presentes al iniciar el año porque tenemos la intención de lograr muchas cosas positivas. Pero de buenas intenciones están llenos los panteones. Necesitamos tener algunos elementos adicionales que nos ayuden a que nuestros ahora “sueños en la nube” se traduzcan a algo mucho más tangible, con mucha más forma, con fecha de caducidad.

La metodología SMART sugiere que un objetivo/propósito debe ser:

                Specific = Específico, claro, que no nos confunda.

                Measurable = Medible, cuantificable. Que se pueda medir la evolución.

                Attainable = Lograble, realizable.

                Realistic = Realista. Que sea algo que podamos alcanzar.

                Timely = Limitado en el tiempo. Con fecha de caducidad.

Voy a ejemplificar con mi objetivo personal de perder peso.

Lo que busco es perder peso. ¿Es cierta esta declaración? ¿Quiero perder peso de todo el cuerpo? En realidad no. No quiero perder peso. Quiero perder el volumen de mi zona abdominal porque tengo mucha tripa y una dimensión en mi cintura que no me hace sentir cómoda.  Entonces mi objetivo es específico: quiero tener un cambio en el aspecto físico de mi zona abdominal, lo cual hace que mi objetivo sea mucho más específico.

Ahora, ¿cómo hago que esto sea cuantificable/medible? ¿Puedo medir esto de la disminución de tamaño de mi abdomen? Claro! Puedo medirlo ahora y ver cuántos centímetros menos quisiera tener en este año que inicia. Además puedo medir cuántos centímetros voy disminuyendo cada semana.

¿El objetivo de cambiar el aspecto físico de mi zona abdominal es realizable? ¿Alcanzable? Es algo que depende 100% de mi, así que si lo es. Es algo que puedo realizar siguiendo algunas consultas a expertos cercanos,  leyendo, accediendo a mi experiencia previa y a la documentación que tengo de todos los talleres de nutrición en los que he participado. Si mi objetivo fuera algo mucho más grande como lograr la alfabetización de todos los niños de mi comunidad, sería un objetivo que favorecería mi entorno, pero debo identificar qué cosas están en mis manos hacer, y qué capacidades tengo para poder realizarlas el día de hoy, y qué cosas no.

Puede ser que no tuviera ni idea de cómo enseñar a los niños a leer, y entonces para lograr este objetivo necesitaría adquirir conocimientos previos al respecto, lo cual impactaría en el tiempo de realización de mi objetivo. Considera que para fines prácticos estamos poniendo un ejemplo súper sencillo, pero aplica igual para objetivos más profundos e importantes. Así que ojo en este factor de lo realizable/ejecutable que resulta el objetivo que te planteas y los «prerrequisitos» que deberás cumplir para lograrlo.

¿Mi objetivo es realista? Justo ayer en una transmisión en Facebook live contaba que aun cuando uno de mis sueños es hacer el ultramaratón de Guachochi con los rarámuris en el norte de México, para Julio de este año yo no estoy lista para correr un ultramaraton.  Hoy en día mi lesión de rodilla está bajo control, pero son muy pocos meses los que tendría para la preparación del ultramaraton, además, yo no hago trail, entonces es empezar un entrenamiento nuevo prácticamente desde cero, y con todos los gaps que tengo en contra sobre todo con esta rodilla lesionada.

Visto desde este panorama,  el camino que yo tengo que recorrer para lograr mi objetivo de hacer un ultramaraton en Guachochi, va mas alla en el tiempo que el mes de julio y depende de factores adicionales como la evolución de mi lesión, el tiempo de adaptación a correr en trail, ver si mi rodilla aguanta correr en trail o no, la fortaleza muscular que requiero, etc. Así que correr el ultramaraton de Guachochi en julio de este año no es un objetivo realista para mi.

Pero modificar la apariencia de mi zona abdominal si lo es. Lo puedo hacer, puedo asesorarme para lograr hacerlo de una mejor manera con un nutriólogo,  puedo investigar qué cosas favorecen la disminución de la zona abdominal. Claro, tengo que ser realista también con la medición del objetivo, pues no puedo esperar perder 20cms. de cintura en los próximas 3 semanas ¿Me encantaría? Claro! Pero perder volumen en el abdomen no es algo sencillo. Entonces mi objetivo será más conservador y más realista.

Entonces es importante que seas realista, porque de lo contrario, te puedes sentir muy frustrado si no alcanzas tus objetivos. ¿Se vale soñar? Claro! Es muy valioso que tu listón de sueños y objetivos cada vez sea más alto, pero también es muy importante que sean realistas para que no termines desmotivado.

Ahora bien, ¿Cuándo voy a lograr mi objetivo? ¿Cuál es la fecha de caducidad que yo me pongo para ver los resultados que quiero lograr con mi pancita? Voy a poner que marzo porque es mi cumple y quiero sentirme muy a gusto con mi cuerpo para mi cumpleaños. Ponerle fecha a tu objetivo es muy importante porque de lo contrario lo irás posponiendo y posponiendo y posponiendo. Ponte fechas límite, marca en qué momento quieres lograr A y cuando irás por B. Las fechas son modificables, claro, pero comprométete contigo mismo para que de verdad trabajes a conciencia en la consecución de tus logros.

Dicho esto, mi primer objetivo para este año aplicando esta metodología, sería:

Lograr modificar la apariencia de mi zona abdominal reduciendo 5cms de volumen para el mes de marzo. Wooow! Lo leo y me asusto!

Claro, porque tenerlo bien específico y con fecha de caducidad establecida implica que ahora tengo que encontrar un plan de acción para poder alcanzar mi objetivo, porque solo ahí pegado en mi pared no se va a realizar. Me estoy estresando!

Además de haber escrito un objetivo inteligente, aquí ocurrieron dos cosas adicionales:

  1. Volví mi objetivo tangible. Es decir, mi objetivo ya tiene nombre y apellido. Cuanto más claros son los objetivos más fácil es realizarlos porque empieza a aclararse el panorama. Saber lo que quieres conseguir con esa claridad es muy importante. Vas a poder enfocar tu energía en la consecución del logro y no en el entendimiento o construcción del logro, no se si me explico: a veces pensamos mucho en lo que queremos lograr y por allí se nos escapa la energía. Si tienes tu objetivo escrito claramente, ahora la energía se enfocará en realizarlo.
  2. Involucramos el hemisferio derecho de nuestro cerebro para este proceso de construcción del objetivo, es decir, participaron también nuestras emociones y sentimientos, no solo la parte racional. Lo sabemos porque estas declaraciones generan una reacción emocional (nos emocionamos, nos ponemos nerviosos, nos animamos, nos da temor) y entonces el objetivo toma una dimensión más real, más verdadera en nuestra mente. Es decir, creemos en él. Lo vemos y lo sentimos realizable. Entonces, ambos hemisferios de nuestro cerebro están comprometidos para su realización.

    Visualiza tus objetivos e involucra el lado derecho de tu cerebro.

Los expertos en PNL siempre hablan sobre la importancia de visualizar lo que quieres lograr, impregnarlo de emoción, imaginarlo de manera creativa.  Por eso también plasmar tus objetivos con dibujos puede ser una buena alternativa, siempre y cuando no tengas que descifrar el dibujo cada vez que lo ves, sino que muestre clara y contundentemente lo que quieres lograr, con fecha de caducidad incluída. A través de los dibujos puedes transmitir un poco más de emociones que con un simple enunciado, pero si haces un jeroglífico que en ese momento te nació puede ser que después no recuerdes lo que significaba. Entonces trata de complementar con ambas herramientas: lo escrito con lo gráfico. Ponle colores, corazones, flores, imágenes que te ayuden a llenar de emocionalidad tus objetivos y te inspiren todos los días a trabajar en ellos.

Cuando tienes claro entonces los objetivos, hay que poner manos a la obra y construir el plan de acción que te llevará a lograr que ese objetivo se vuelva una realidad. En mi caso, tengo en la cabeza hacer un reto colectivo para involucrar a varias personas que tengan el mismo objetivo que yo de disminuir el tamaño de la tripa y comer más sano, pero de forma divertida, motivadora, compartiendo experiencias, recetas, fotos.

Pienso hacerlo de esta manera porque he descubierto que yo funciono bien con los retos, y que cuando tengo apoyo para realizar los objetivos me siento  mucho mejor, siento que no estoy sola en el universo, y ver cómo las personas se esfuerzan, suben su fotos y hablan de ello me motiva un montón.  Entonces, tendremos reto para bajar nuestro abdomen! ¿Cómo quedaría redactado este objetivo con la metodología SMART?:

Realizaré un reto colectivo en enero, para lograr mejorar la apariencia de mi abdomen a través de buenas prácticas alimenticias, compartiendo experiencias, conocimiento y  motivación entre las personas que tienen el mismo interés común que yo.

Haz este ejercicio de redactar tus objetivos con esta puntualidad tantas veces como necesites con tus objetivos personales, laborales, deportivos.  Piensa que no hay un número definido de objetivos que tengas que trazarte para el año, y que tampoco tienes que hacerlo únicamente cuando inicia el año. Puedes hacerlo cada seis meses, cada cuatro meses, cada semana. Cada que tu tengas ganas de reinventarte y de ponerte metas para evolucionar y crecer. El inicio del año es solamente un pretexto para enfocar los esfuerzos en tratar de tener objetivos más claros y más definidos, pero si tu decides construir tus objetivos para empezar el miércoles 11 de enero, también esta bien. El chiste es que tengas metas claras que perseguir, y sueños qué alcanzar. Solo ponles fecha.

Me cuentas cómo te va en la construcción de tus objetivos. Si tienes pendientes cosas de cerrar, no olvides checar «Cierra tu ciclo positivamente y empodérate«.

Por cierto, si dentro de tus objetivos están los rollitos, gorditos, pancita, flotador, o como quieras llamarle cariñosamente a esa zona al rededor de la cintura, checa este post: «Adiós rollitos«, e intenta el reto de 4 semanas de «Adiós Rollitos: el reto»

Abrazo grande y feliz inicio de año!!!

Addy.

 


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Corredora, yogui, triatleta y ahora blogger de bienestar. Experta en Cambio Organizacional. Mercadóloga de profesión, deportista de corazón. Comparto lo que he aprendido en este camino del deporte y la vida sana por si a ti también te sirve.

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